Ir al contenido principal

REFLEXIONES IMPRESCINDIBLES ACERCA DEL PODER


Por Dr. Ernesto J. R. Abad


En 1973, la Primavera Camporista, Piero cantaba "Hasta la toma del poder", en una estrofa de la canción decía "...una cosa es gobernar y otra la toma del poder...".

Tres elementos surgen de esta frase: Uno, gobierno no es poder, gobierno es el conjunto de órganos e instituciones que controlan y administran el Estado; Dos, "la toma", es coyuntural dependiendo de las circunstancias históricas, puede ser por acciones directas como la resistencia armada o institucional por medio de elecciones, no depende del sojuzgado, sino que resulta una respuesta acorde en contra de quien ejerce institucionalmente ese gobierno; y tres el PODER REAL. 

Hay variadas miradas teóricas sobre el fenómeno del poder, pero subyace un tema central y es que la libertad resulta una paradoja dentro de la relación del poder. 

La tradicional pregunta sobre ¿qué es el poder? se puede responder de diferentes formas, si el poder es un fenómeno destinado a imponer la voluntad del YO sobre la libertad y la acción del otro, o si el poder ocasiona en el otro una determinada conducta en contra de su voluntad. 

Esta visión del poder como coerción, como imposición, como instrumento de forzamiento, es una visión que no explica el fenómeno del poder en su total complejidad.

El poder no debería considerarse siempre como una manifestación de la coerción, de fuerza, el mayor poder radica cuando el súbdito quiere lo que quiere soberano, es decir cuando el dominado hace voluntariamente lo que el que domina quiere, suponiendo que es su propia decisión.

El modelo de coerción muestra una escasa capacidad de intermediación, de convencimiento, y ahí es cuando la persuasión, debe ser el centro de la mirada sobre el poder.

Tendríamos que, a mayor intermediación, mayor será la expresión del poder, porque trabaja desde el otro y no contra el otro. En cambio, cuando la persuasión se reduce a cero surge la mayor violencia del poder, ante la ausencia de intermediación aparece entonces la pura violencia que desplaza el otro a una total pasividad y una falta extrema de libertad. Mientras que la mayor intermediación genera mayor libertad, o, mejor dicho, una mayor sensación de libertad.

Precisamente cuando la comunicación se traba, no funciona, y si el dominado no está dispuesto a hacer lo que el dominante quiere que haga, es cuando el poder como medio de comunicación se vuelve necesario para convencer, para seducir.

A diferencia de la vieja idea de que el poder es el reino del no, hoy para el poder lo más importante como medio de comunicación es aumentar la posibilidad del sí, lo que realmente busca el poder es transformar el no en sí.

Así donde el poder no se presenta como pura coerción se termina transformando en consentimiento, en una falsa sensación de libertad.

El factor de la sanción si bien es una herramienta del poder lo será siempre y cuando se mantenga en forma de promesa porque cuando la sanción se hace real el poder disminuye. La posibilidad de sancionar es un factor de poder mientras no se haga uso de la misma, la aplicación de la sanción, de la violencia institucionalizada, no sería entonces una demostración de poder, contrariamente, sería la expresión máxima de su fracaso. En Derecho se dice que "si hay juicio, es que la ley ya fracasó".

Es un error suponer que la sanción es una condición necesaria para ejercer el poder. Es claro que no se realiza el delito por miedo al castigo, no se cumple la ley porque existe la fuerza. El poder no se debe de medir por la cantidad de sanciones que tiene la posibilidad de aplicar.

Como expresé, el poder como coerción y el poder como libertad solamente se diferencian en un punto, el grado de intermediación, de comunicación, de convencimiento, de persuasión, aún la violencia está revestida con un carácter comunicativo, incluso se hace para que el otro realice o no realice una acción, pero cuando la violencia se la despoja de todo contexto comunicativo y se vuelve explícita, por eso el torturar o hasta matar a una persona sin ninguna intencionalidad comunicativa remite una violencia pura y sin sentido, una violencia pornográfica, porque en este caso no busca convencer o persuadir, lo que se intenta es extinguir por completo al otro, la violencia pura busca la extinción de la alteridad, del otro, no su dominio, por eso el poder no se limita a matar, sino que el poder sobre todo deja vivir, pero vivir bajo ciertas pautas. La vieja función de soberano, como dueño de la muerte ha dejado lugar al ejercicio del poder como administrador de la vida de las personas.

Hay una semántica del poder y Friedrich Nietzsche fue el primero que encontró una conexión entre poder y generación de sentido, es más, sostiene que el poder es comunicación, es ampliar su poder sobre otro porque el signo se vuelve la impronta de una voluntad sobre la otra. El nombrar, por ejemplo, es un ejercicio de poder porque es una práctica tendiente a generar sentido.

Michel Foucault se aleja de la concepción negativa del poder y dice que el poder produce, y lo que produce es realidad. Foucault habla de tres tecnologías del poder según su efecto semántico. La primera es el poder de la soberanía. La segunda es el poder de la legislación. La tercera es el poder disciplinario. El poder de la soberanía actúa como la espada con un escaso grado de intermediación, es el poder de la fuerza. El poder de la legislación opera en base a signos en lugar de la espada, la ley opera mediante la razón en lugar de la fuerza, el poder de la legislación es más estable porque no opera desde afuera mediante coerción externa, sino que la acción de comunicación hace que el espacio de poder sea un espacio lleno de sentido. El poder disciplinario es el que más penetra en el cuerpo generando automatización y costumbres, el poder en este caso se centra más en los reflejos que en las reflexiones, no busca un sujeto respetuoso de la ley sino un sujeto obediente de ella.

El poder se mimetiza con la forma cotidiana de la norma, el poder disciplinario se apodera del cuerpo, entonces el poder se vuelve sentido y significado. Acá el poder se vuelve invisible y así incrementa su eficacia al hacerse pasar por lo cotidiano y esta es la verdadera astucia del poder. Por eso se habla de una dictadura de la obviedad que ópera como normalidad. El poder que opera a través de la costumbre es más eficiente y estable. El poder coercitivo se vuelve indestructible cuando se percibe como poder impersonal, un poder de nadie.

El ideal del poder es esa potestad que no necesita de manifestarse, que se convierte en una obviedad, el poder que brilla por su ausencia. Por ejemplo, los sectores más pobres terminan interiorizando un modelo de conducta que consagra la relación de poder hegemónico. El modelo impuesto por el poder hegemónico es interiorizado por los grupos sociales y se termina viviendo como una elección propia, el destino se lo vivencia como un proyecto libre, incluso la pobreza aparece como un estilo de vida libremente elegido.

Ya Martin Heidegger en su desarrollo de la idea del poder lo define como "el interpretador de la realidad". Acá nos encontramos en un mundo interpretado previamente frente a una verdad previamente dada que no se pone en cuestionamiento. Este espacio de interpretación es el espacio que ocupa el poder, por lo tanto, el poder se vuelve el gran interpretador del mundo, entonces ser libre sería liberarse del sentido de la interpretación pública.

Respecto a los medios de comunicación, pese a su fuerte influencia, en política no muestran un poder propio, pero tienen un enorme convencimiento, por eso es importante ver la diferencia entre los conceptos de poder y de influencia. La influencia no siempre tiene la estructura de un poder, no genera una continuidad en el tiempo, será especifícame para un determinado momento, es pasajera, mientras que el poder es un fenómeno que se afirma en el espacio.


Si bien la violencia puede formar parte del poder, el poder no se basa en la pura violencia y aunque en una revolución también puede utilizarse, esa violencia no da resultados si sólo se sirve sin tener un poder en que apoyarse, sin poder, sin el consentimiento de otro la violencia terminará fracasando, la violencia no tiene capacidad de mediación que si tiene el espíritu.

Si el poder surge de la continuidad en la acción, Jürgen Habermas considera que el factor fundamental del poder en la acción comunicativa de esa voluntad común. El poder no sería la instrumentalización de la voluntad individual sino la formación de la voluntad común en comunicación orientada al entendimiento, al convencimiento, a la persuasión. El poder no sería poseído por nadie, sino que surge de entre los hombres cuando actúan juntos y desaparece cuando se dispersan, ahora bien ¿es suficiente para Jürgen Habermas? No, la mayor expresión de poder sería la armonía perfecta de todos orientada en una acción común; en ese mismo sentido Hannah Arendt considera que la mayor expresión del poder en la relación de todos contra uno, la capacidad de organización popular y para eso recurre al ejemplo de los esclavos que siendo más que los amos se sometían porque los amos eran solidarios entre sí y tenían fines comunes, entonces la hegemonía de un grupo estaría basada en una organización estratégica superior; la organización como poder. Éste mismo razonamiento surge en las palabras de Perón "...la organización vence al tiempo..."

También se puede analizar el poder en el presente. En el siglo XXI encontramos que la globalización hace que la relación poder y territorio se haya convertido más floja, más laxa, prueba de esto es que los poderes transnacionales sin territorio se han convertido en cuasi estados, por ello la afirmación de George Jellinek que el estado está asentado en tres elementos: población, gobierno y territorio, colisiona con el actual mapa mundial dado que se ha transfigurado, las formaciones trasnacionales se han escapado de los límites del poder territorial tradicional, lo que no quiere decir que estén desubicadas, ocupan espacios nuevos pero no relacionados con territorios nacionales determinados, crean un nuevo modelo de poder, un poder que no existe en ningún lado.

Las relaciones de poder han cambiado y ello se debe a que en todas partes hay libertad, o para entenderlo mejor, hay mayor sensación de libertad. El poder se ejerce sobre sujetos libres y deben seguir sintiéndose libres para que existan las relaciones de poder.

En un tiempo dominado por el sí, en una etapa neoliberal que ha eliminado la posibilidad de decir no, para clarificar valga el ejemplo que en las redes sociales como Facebook uno puede poner me gusta, me divierte, me enoja, me entristece, pero no existe la posibilidad de decir NO, la clave está en que el sometido tenga posibilidades de decidir si decir sí o si decir no, ésta es la condición necesaria para poder diferenciar la pura violencia sin intermediación, y que no permite negativa alguna y cosifica al otro a una relación de poder que no permite la posibilidad de existir, el NO en la verdadera forma de resistencia al poder. 

Con esta mirada se entiende que "...una cosa es gobernar y otra la toma del poder...”. -

 

 

 

Entradas populares de este blog

LAWFARE O LA CONTINUACIÓN DE LA GUERRA POR OTROS MEDIOS

  “ Y aquí ¡Gracias a Dios! Uno no cree en lo que oye” Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota Por Sergio Gomez Existe un periodismo de investigación y un periodismo de guerra. Quien se decida por el primero irá en busca de la verdad y aunque en su tránsito se encuentre atrapado por infinitos subjetivismos, lo que sea que venga estará dispuesto a aceptar.  Quien se decida por el segundo emprenderá el primer sacrificio del combate total; entrará en el terreno de la transmutación de los valores, de sus valores,  ¡Homo homini lupus! (“El hombre es el lobo del hombre”) rugirá Hobbes, ¡retornamos al estado de naturaleza precivilizatorio! De las sangrientas reyertas y el recuerdo borroso del cadáver hediondo de la Verdad, abatida por crímenes de guerra, darán testimonio extemporáneo compungidos sobrevivientes. Y la Justicia, flamante prisionera de guerra, finalmente liberada de su oscura mazmorra en tiempos de prescripción.      Quien decide el terreno donde se libra la batalla presiente la

LA PRENSA CANALLA: EL MATADERO DE LA MEMORIA

“Cuando me levanto por la mañana con una duda sobre algo, leo el Diario La Nación, me fijo en lo que dicen ahí y me paro en la posición contraria” Arturo Jauretche Por Sergio Gómez El olvido al servicio del Poder Según Joaquín Morales Sola, en su columna del Diario La Nación publicada el 10 de Enero de 2021, el programa político de Cristina Fernández de Kirchner constituiría “la nostalgia de un pasado nacionalista, supuestamente brillante y perdido”. El circunspecto periodista osa introducir en la misma concepción a personajes tan diferentes como Trump, Putin y Bolsonaro. Exhausta e incrédula la inteligencia se derrumba sobre las ruinas de la rigurosidad. El pasado siempre es fuente de inspiraciones. Allí Habitan incorruptibles tradiciones de los pueblos como incontables formas de la opresión, tantas veces desaforada, absoluta, genocida. De grandes imperios invencibles y mártires como trofeos de guerra existen océanos de tinta. Opulenta se presenta ante nuestros rostros impávidos la co