Cómo sabemos, aquella espesa noche de 1970, en plena dictadura militar, cuando todavía reinaba la proscripción del peronismo, los compañeros Abal Medina y Ramus serían emboscados por la ráfaga traicionera e inexpugnable de la policía; eran los prolegómenos del genocidio por venir.
Nacidos de las entrañas del Pueblo, Abal Medina y Ramus comprendieron la trama que atraviesa la Patria desde el fondo de su historia: la lucha por el autodesarrolo nacional, frente al estrangulamiento de la oligarquía.
La responsabilidad histórica, no nos caben dudas, guiaba la conducta de aquellos compañeros. Aún en tales circunstancias, no murieron sin antes pelear. Por eso algunos lo recuerdan como el “Combate de William Morris”. Pero, el Combate de William Morris no es un combate más, son todos los combates, los que nos preceden y los que vendrán, condensados en un solo lugar y en un solo instante; he ahí el rostro genuino de la continuidad de la lucha histórica de los condenados de la tierra. Cómo pasa siempre, como un torbellino montonero, el Pueblo arremete contra la injusticia social y la miseria oligárquica, dando un paso más hacia la victoria final.
Con honda emoción Homenajeamos a los compañeros caídos, y junto a ellos a todos los que lucharon para que el pueblo venza, dando la vida, que es el mayor amor que se conoce hasta ahora. Junto a ellos homenajeamos a los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos de la dictadura genocida, a los perseguidos, torturados y fusilados, y a los que la siguen peleando codo a codo junto a las nuevas generaciones, herederas de aquellos ideales que hacen ver la vida con el lente de los más humildes de nuestra patria, para forjar el futuro que está viniendo y que necesita cada vez más al movimiento nacional organizando y en la calle, con la misma convicción y las mismas consignas:
¡LIBERACIÓN O DEPENDENCIA!
¡JUSTICIA SOCIAL O MISERIA!