Por Dr. Ernesto J. R. Abad
Un ex presidente que se atragantó con un bigote de plástico, que ofendió al pueblo peronista haciendo un bailecito estúpido, que causaba vergüenza ajena, en nuestro balcón histórico, dijo muy suelto de cuerpo "mucho más peligroso que el coronavirus, es el populismo". Un economista que entre desquiciado y payasesco vociferó "quiero dinamitar el Banco Central" también sostuvo que "la sociedad se envenena con el populismo", seudo-periodistas disfrazados de "independientes" de medios hegemónicos, hablan, repiten, adoctrinan y militan contra el populismo al que le asignan ser la esencia de todos los males articulando junto a hordas de tuiteros que los replican y hasta el común de a pie que se sube al tren de la irracionalidad para denostar al populismo, pero ¿qué es el populismo?
En esa mezcla turbia de biblias y calefones, hay dos legiones de opinadores, los que no saben ni entienden y los que saben pero tergiversan maliciosamente el término.
Se ha enraizado en la sociedad que ser populista es ser maligno, sinónimo de corrupción, de clientelismo. Se ha repetido tanto que termina por erigirse como una verdad revelada. Es igual que cuando citan a Nicolás Maquiavelo y afirman que en el libro El Príncipe dice "que el fin justifica los medios" pero a lo largo de los 26 capítulos no está esa frase, pero se la repite tanto que la mayoría cree que así está escrito, ergo no leyeron la obra.
Para determinar qué se entiende por populismo, por una cuestión metodológica, trataré primero una explicación académica, luego una situación hipotética, después hechos históricos y finalmente una conclusión.
La definición académica se puede extraer del libro "La razón populista" de Ernesto Laclau que dice: "...se ha convertido lo político en sinónimo de populismo, sí, en el cual concebimos esta última noción, al ser la construcción del pueblo el acto político por excelencia como oposición a la administración pura dentro de un marco institucional estable, el requerimiento "sine qua non" de lo político son la constitución de fronteras antagónicas dentro de lo social y la convocatoria de nuevos sujetos de cambio social lo que implica, como sabemos, la producción de significantes vacíos con el fin de unificar en cadenas de equivalencias, una multiplicidad de demandas heterogéneas, y por último, el populismo supone la puesta en cuestión de un orden institucional por medio de la construcción del pueblo como agente histórico, esta es la razón por la cual el fin del populismo coincide con el fin de la política, en ese caso la política es reemplazada por la administración...".
Para aclarar y entender el concepto lo mejor es deconstruirlo. Los puntos centrales son: demandas frustradas; demandas heterogéneas; cadenas de equivalencias; contenidos vacíos; fronteras antagónicas en el campo social; nuevos sujetos políticos.
En una situación hipotética, un ejemplo sirve para aclarar todo nos decía el General, se puede presentar que en un municipio un grupo de vecinos le reclaman al intendente que mejore la iluminación del barrio, si esa demanda es satisfecha no hay problema, el sistema lo absorbe, pero si la respuesta es negativa nos encontramos con una demanda frustrada. Después en otro barrio los vecinos reclaman al municipio la extensión de la red de agua potable. Todos estos reclamos, si bien son diferentes en las peticiones tienen en común un reclamo insatisfecho por parte de la administración, todos estos grupos demandantes a su vez se conectarán con otros sectores que reclaman diferentes cuestiones como ser servicios de transporte, educación, viviendas, etc.; se conforma lo que se llama demandas heterogéneas, pero si esas diferentes demandas se organizan con otros sectores de otros pueblos o ciudades que tienen diferentes reclamos frustrados se hace una cadena de equivalencias, en el sentido de que todas las demandas no son satisfechas por el poder administrador, ese es el momento donde una demanda representada por un sector pasa a tener centralidad y su demanda originaria pasa a ser de contenido vacío porque tiene que encarnar a todas las otras demandas frustradas que quedan subsumidas dentro de ese sector. Acá surgen dos campos sociales totalmente diferentes, los de abajo que reclaman y los de arriba que no conceden. Es lo que denomina fronteras antagónicas en el campo social, en esos espacios enfrentados surge la experiencia populista, con la intervención de nuevos sujetos sociales que antes no participaban.
Entonces el populismo puede ser ideológicamente de derecha o de izquierda. En lo teórico y en la praxis vemos que los Trump, Bolsonaro, Chávez, Evo, Lula, Néstor y Cristina ejercen un populismo entendido como una construcción de lo político.
Históricamente hay hechos que se manifiestan como populistas. En Polonia a mediados de agosto de 1980 cerca de 17.000 trabajadores tomaron el astillero Lenin para protestar por el abusivo aumento de los precios de alimentos, ese movimiento estuvo encabezado por Lech Walesa, a ésta manifestación se le sumaron otras fábricas en solidaridad de esa demanda inicial, las protestas empezaron con otro tipo de contenidos pero el corazón de las demandas se transformó en un reclamo contra del comunismo soviético y en 1990 Walesa terminó siendo elegido presidente.
Otro ejemplo es el 17 de octubre de 1945 donde hace la histórica aparición un nuevo sujeto político invisibilizado por el poder hegemónico, el pueblo trabajador que, si bien reclamaba la libertad del líder, tenía anclaje en reclamos muchísimos más amplios y heterogéneos.
Como conclusión podemos afirmar sin hesitación alguna que el populismo no es una ideología, no es un partido político, ni siquiera llega a ser un instrumento de interpretación de la realidad, el populismo es lo político que se construye mediante fronteras antagonistas en lo social convocando a nuevos sujetos políticos para realizar un cambio y que se hace con significantes vacíos y cadenas de equivalencias de demandas heterogéneas.
Hay dos frases que pueden resumir al populismo: "Hoy no estamos transfiriendo el poder de una administración a otra, estamos devolviendo el poder de Washington al pueblo" D. Trump "...La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo..." (J.D. Perón - 20 verdades peronistas).